María Dolores Benavente pronostica un 2021 con complicaciones

EDICIÓN ESPECIAL 2020

María Dolores Benavente, economista, presidente del Consejo Directivo de la Academia Nacional de Economía, gerente general de Unión Capital AFAP e integrante del consejo editorial de Empresas & Negocios


Pronostica un 2021 muy complicado. El escenario precedente era de caída de varios indicadores y la llegada de la pandemia agravó el panorama. Ante la certeza de que la actividad se va a resentir, el desafío clave, dice, es liberar recursos, que hoy están en el Estado, hacia el sector privado.

¿Cómo vislumbra el 2021 en materia económica, teniendo en cuenta el contexto por el que atraviesa el país y el mundo, como así también la desaceleración mundial de la economía?

Sin duda va a ser un año muy difícil. No podemos olvidar que antes de la crisis de covid-19 ya nuestro país estaba con actividad resentida, desempleo creciente y déficit fiscal de más de 5% sobre el PBI. La pandemia no hizo más que agravar esta situación en todos los aspectos: actividad, empleo y déficit fiscal; tanto al país, como especialmente a Argentina y, en menor medida, a Brasil. Por tanto, el mundo, la región y el propio país tendrán una situación complicada en 2021.

En materia económica, ¿cuáles son los temas más urgentes que tiene el país para resolver en el corto y mediano plazo? ¿Cuáles son los principales desafíos?

El desafío es, sin duda, el de la competitividad, y en este concepto sistémico se engloba tanto el tema de la educación, como el de costo país, el de adecuadas relaciones y regulaciones laborales y sana apertura comercial con el mundo.

Cada uno de estos desafíos requiere una línea de acción clara, sin fisuras: sanear las cuentas públicas -con una reforma de la seguridad social que dé sostenibilidad al sistema-, apostar a la educación, modernizar la regulación laboral, firmar acuerdos comerciales con otros países.

Son temas importantes que se transformaron en urgentes porque nunca se abordaron a cabalidad y se vienen postergando año tras año. En materia económica siempre hay un costo de oportunidad en el tiempo perdido.

¿Qué amenazas percibe en el horizonte y qué aspectos hay que resguardar para que los efectos de la pandemia sean lo más leve posible para la economía?

Dada la magnitud y extensión en el tiempo de la pandemia, no hay manera de que no haya efectos sobre la economía. La red de protección social uruguaya –que lo distingue en las comparaciones internacionales- ha minimizado algunos de los efectos. Pero la actividad en general se va a resentir. El desafío clave es liberar recursos, que hoy están en el Estado, hacia el sector privado, de manera de no enlentecer la posible recuperación económica.

Sin embargo, más allá de la pandemia, las amenazas habituales en nuestro país provienen de su dificultad para tomar un rumbo claro y mantenerlo, más allá de las coyunturas específicas. En este sentido, para encontrar reformas profundas y generales, tenemos que retrotraernos a las medidas de Alejandro Végh Villegas. Posteriormente se dieron algunos impulsos en el sentido adecuado para mejorar la competitividad: la ley de puertos, la ley forestal, la ley de zonas francas, la reforma de la seguridad social, el plan ceibal, entre otras. Uruguay necesita otro impulso de medidas profundas en aspectos clave -como seguridad social, educación, inserción internacional, papel del Estado, relaciones laborales-, para así avanzar hacia su frontera de posibilidades.

¿Cuáles son las fortalezas que tiene nuestro país en este momento tan complicado del mundo, y que repercute en todas las economías y en la mayoría de los sectores?

El entramado de políticas sociales, ha resultado eficaz. Si bien siempre se puede mejorar en términos de eficiencia –y de eso se tratan algunas disposiciones encaradas en la actual administración-, esta red de apoyos ha tenido la capacidad de llegar rápidamente con ayudas sociales y económicas ante una situación tan inesperada y repentina como esta pandemia. Sin embargo, no podemos olvidar que todos estos apoyos tienen un costo fiscal que viene a agravar aún más la situación de partida (déficit de más de 5% del PBI).

Queremos creer que otra fortaleza clave es la sensibilidad y racionalidad de nuestro pueblo para combatir esta pandemia, con un comportamiento adecuado a las circunstancias.

¿Cómo observa lo hecho por la actual administración en materia de inserción internacional? ¿Nota avances?  ¿Qué más se podría hacer?

El país está debatiéndose permanentemente entre el Mercosur y el mundo. Diversos  estudios presentados en la Academia Nacional de Economía señalan que es posible contar con ambas alternativas y mejorar así la inserción internacional del país.

Posiblemente, la firma de acuerdos comerciales con países del sudeste asiático podría ser un buen punto de partida para comenzar a andar este camino.