Alfredo Antía hizo alusión a los desafíos y amenazas que tiene la industria uruguaya

EDICIÓN ESPECIAL 2020

Alfredo Antía, presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU)


Aunque la producción industrial viene en recuperación, este comportamiento no es igual en todos los sectores. Así lo estableció el titular de la CIU, quien hizo alusión a los desafíos y amenazas que tiene por delante la industria uruguaya, a la que calificó como uno de los motores de la economía. Reflexionó, a su vez, sobre la contribución que realizan los empresarios al país, estableciendo que no hay forma de salir del estancamiento sin empresas pujantes.

¿Cuáles son las expectativas que tiene para el sector industrial en 2021, teniendo en cuenta el contexto por el que atraviesa el país y el mundo, como así también la desaceleración mundial de la economía?

La producción industrial viene recuperándose y las expectativas de los empresarios van mejorando. Lamentablemente algunos sectores industriales no son parte de esta tendencia y están pasando por un período de contracción productiva. Lo más complejo viene siendo la recuperación del empleo, que viene en un proceso más lento. Para 2021 hay mucha incertidumbre, porque la pandemia no está superada. Por eso es muy importante cuidarnos y ser responsables del punto de vista sanitario, tanto en el trabajo como en nuestra vida privada. Instamos a empresarios y trabajadores a que no bajen los brazos, porque muchos compatriotas están sin trabajo y si la pandemia se recrudece, no se podrán recuperar y otros tantos lo perderán. Si sanitariamente estamos bien, el año próximo posiblemente la industria siga recuperando terreno.

¿Cuáles son los desafíos que tiene por delante el sector en tiempos de pandemia, y cuáles son las amenazas que ve la CIU en el horizonte ante este nuevo escenario?

El principal desafío es el sanitario, el de cuidar la salud de nuestra gente. La principal amenaza es que los casos aumenten significativamente, afectando el sistema de salud y aumentando las muertes. Del punto de vista productivo también tendría efectos. No es salud o producción, salud o empleo, es salud y producción, salud y empleo. Pretendemos que se vea de esa forma.

¿Qué evaluación hace la CIU de la actuación de esta nueva administración de gobierno para lograr la reactivación? ¿Cuáles son los puntos altos en su gestión de cara al desarrollo del sector y, por el contrario, qué medidas o iniciativas falta aún impulsar? 

El primer elemento a destacar es el manejo de la pandemia, principalmente el no haber cerrado la economía, como muchos lo hicieron y hoy lo lamentan

También pensamos que la recuperación estará respaldada por un aumento de la inversión, producto de los cambios en la reglamentación de la Ley de Inversiones, proceso en el cual nuestra Cámara fue escuchada como hacía tiempo no ocurría, ya que la mayoría de las modificaciones que propusimos fueron implementadas.

En términos más generales, también hay varios aspectos de la Ley de Urgencia y de la Ley de Presupuesto que mejoran el clima de negocios, generando mayor confianza para fomentar la inversión en nuestro país y atraer nuevos proyectos.

A modo de ejemplo, la Ley de Presupuesto derogó la imposibilidad que las empresas tenían de deducir, en su totalidad, la pérdida de ejercicios anteriores en el Impuesto a la Renta. Es una medida que se venía solicitando desde la CIU y ahora, con esa disposición, se vuelve al régimen previo al 2016, que era el adecuado desde un punto de vista tributario y del fomento de la inversión.

Del mismo modo, la Ley de Urgencia estableció en materia de ocupaciones de lugares de trabajo un avance en línea con las observaciones realizadas por la OIT hace casi 12 años.

Hay otros puntos destacables, en particular lo crediticio a través del SiGa, el cambio de la regulación del sistema bancario para no modificar las calificaciones crediticias, las extensiones en el tiempo de las devoluciones de impuestos a la exportación que vencían este año, la prórroga automática del vencimiento de admisiones temporarias que vencían en 2020, alivios tributarios para pymes, aplazamiento del pago de algunos tributos.

Además, en estos días se aprobó una ley que faculta al Banco de Previsión Social a extender la vigencia de los certificados comunes del BPS. Es una medida que contribuye a no detener la actividad empresarial ante la falta de dicho certificado.

En materia de Consejo de Salarios, el acuerdo puente hasta el año 2021, representa una salida razonable para todas las partes, donde gobierno, trabajadores y empresarios demostraron la madurez necesaria para el momento.

En el corto plazo creemos que faltaría utilizar las compras públicas como motor de la recuperación del empleo, aumentando la preferencia a la producción nacional.

De largo plazo, falta seguir impulsando y llevando a la práctica una agenda pro competitividad, pero que tiene que ver más con el crecimiento que con la recuperación. En esa agenda está la rebaja de los costos energéticos que impulsa el gobierno, los cambios en la regulación de las relaciones laborales adoptando todas las recomendaciones de la OIT, y la búsqueda de oportunidades comerciales para nuestros exportadores a través del abatimiento de los aranceles y las trabas que enfrentan para entrar a los mercados, principalmente los de mayor poder adquisitivo.

¿Cuáles son las fortalezas que muestra el sector industrial en este nuevo tiempo, denominado de nueva normalidad? 

El sector industrial ha tenido años difíciles pero, sin embargo, sigue siendo uno de los principales motores de la economía uruguaya. No solo por lo que produce, sino por el derrame de actividad que genera en sus proveedores tanto de bienes como de servicios. Hoy la industria tiene empresarios comprometidos con la producción y la mejora continua, un endeudamiento financiero controlado, importante capacidad ociosa, y ha invertido mucho en mejorar tecnológicamente en los últimos años. La fuerza de trabajo industrial es calificada, porque nosotros hacemos un enorme esfuerzo en que no se queden atrás con los cambios tecnológicos. Y ha demostrado estar preparada para producir sanitariamente en forma responsable, porque son insignificantes los casos de covid en la industria. Si hay condiciones competitivas, nuestra industria ya ha demostrado que tiene importantes capacidades para generar crecimiento económico, contribuir al desarrollo y el bienestar de nuestra gente.

¿Cuáles son los grandes números de la industria uruguaya hoy?

Nuestro sector agrupa unas 17.000 empresas, que generan casi el 12% del PIB total de la economía generando unos 160.000 puestos de trabajo directos, con elevados niveles de formalidad. Las remuneraciones están por encima del promedio de la economía, y se cuidan al máximo las condiciones de seguridad e higiene de nuestra gente, que es una de nuestras principales fuentes de competitividad. No hay que olvidar que nuestro sector ocupa desde un peón no calificado hasta un doctor en ciencias, dando empleo a un espectro muy heterogéneo de personas con las más diversas competencias. La industria mejora el tramado social y por ello creemos que es la herramienta idónea en la búsqueda de la recuperación del empleo. Por último, destacar que la industria exporta unos US$ 7.400 millones, que representa el 80% del total de las exportaciones de bienes del país.

¿Algo más para agregar?

Creemos que, para el desarrollo de nuestro país, es necesario que se valore debidamente la contribución que realizan los empresarios. No hay forma de salir del estancamiento sin empresas pujantes, y no hay forma de tener empresas pujantes si no tenemos empresarios comprometidos y dispuestos a arriesgar continuamente. Estoy convencido que por ese camino saldremos adelante.