El Banco Central Europeo (BCE) resolvió mantener sin cambios sus tasas de interés destacando que el crecimiento económico permanece sólido, mientras que la inflación continúa en torno al objetivo. De esta forma, la institución mantuvo la tasa de depósito (la referencia donde los bancos dejan su liquidez) en 2%, la tasa de facilidad marginal de crédito en 2,4% y la tasa principal de refinanciación (lo que se cobra a los bancos por sus subastas semanales) en 2,15%. 

La decisión se toma debido a la estabilidad que ha mostrado la inflación, que ha quedado controlada en el 2,1%, lo que se entiende constituye un punto de equilibrio. Se espera que para 2026 el IPC de la región se consolide en el 1,7%, ya cómodamente por debajo del objetivo.

El BCE también publicó sus proyecciones trimestrales. La inflación, que se revisó al alza, estima que se mantendrá en 2,1% este año, en el 1,9% en 2026 y en el 1,8% en 2027. Por su parte, el dato subyacente no se moverá del 2,4% y, para el año que viene, se quedará en el 2,2%.

En lo que refiere al crecimiento de la eurozona, se revisaron al alza las proyecciones hasta el 1,4% este año, al 1,2% el que viene y al 1,4% en 2027. La eurozona logró sortear los aranceles de Estados Unidos mejor de lo previsto.

“En el punto que queremos”

Respecto a futuros pasos, el banco central no dio grandes señales. En su comunicado, explica que "la evaluación actualizada sigue confirmando que la inflación debería estabilizarse en el objetivo del 2% a medio plazo" e insiste en que "se aplicará un enfoque dependiente de los datos".

Durante su rueda de prensa habitual luego de cada reunión, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, expresó su preocupación por una inflación en los servicios alta gracias a los salarios. "Creemos que la inflación en los servicios se mantendrá más resistente y continuará en el mediano plazo". En cualquier caso, considera que el crecimiento de los salarios se estabilizará por debajo del 3% para finales de 2026.