Al referirse al contexto internacional, valoró que el contexto económico “sigue siendo estable”, aunque en un marco de altos niveles de incertidumbre, fragmentación, políticas proteccionistas y represalias económicas. Aun así, evaluó que la coyuntura se muestra “mejor de lo que uno podía esperar a principio de año”.

Por su parte, las tasas de crecimiento que se esperan para las principales economías siguen siendo moderadas, y si uno lo compara en términos históricos se trata de “niveles bajos”.

En cuanto a la región, comentó que Argentina -que ya viene de años complejos- tuvo su evolución económica condicionada por acontecimientos políticos, aunque en las últimas semanas “las turbulencias en cierta forma se diluyeron”. En ese sentido, expresó que será el país que más va a crecer en la región, pese a que ello ocurre luego de varios años de caída.

Por su parte, respecto a Brasil dijo que el crecimiento se ha moderado y que el consumo privado se debilitó, esperándose también una depreciación del real a futuro. 

Economía local

En cuanto a la economía local, los datos oficiales correspondientes al tercer trimestre del año confirmaron “un crecimiento más moderado” y una caída medida en términos desestacionalizados respecto al trimestre anterior (ver página 12). Sin embargo, Fernández puntualizó que el dato julio-setiembre se suma a un estancamiento que ya venía de trimestres anteriores.

Paralelamente a este menor dinamismo, durante el año también se fueron ajustando a la baja las proyecciones de crecimiento, y ahora desde la Ccsuy se estima que la economía cierre con un crecimiento cercano al 2% este año y al 1,6% el próximo. De esta forma, sostuvo Fernández, las proyecciones son “claramente distantes” de las estimaciones oficiales incluidas por el gobierno en su proyecto de Presupuesto (2,6% para 2025 y 2,2% para 2026), lo cual puede condicionar los números fiscales.

A nivel del gasto, destacó que el consumo privado creció en el entorno del 2% en el tercer trimestre, mientras que la inversión se expandió un 1%, lo que se trata de “niveles bajos pensando en recomponer el crecimiento de la economía”.

En materia de comercio exterior, subrayó el aumento de las exportaciones de bienes, pero advirtió que, en términos de rentabilidad, el debilitamiento del dólar está afectando los niveles de competitividad de nuestra economía y los resultados del sector exportador.

En cuanto al mercado laboral, se observa crecimiento, pero a menor ritmo, ingresando en los últimos meses a una fase de estancamiento. También se refirió al proceso de negociación salarial, y a los ajustes mayores en las franjas de menores ingresos, alertando que ello puede tener incidencia sobre el nivel de empleo en los grupos de trabajadores menos calificados.

“Desde la cámara apostamos a que 2026 sea un año de ejecución de reformas microeconómicas: simplificación regulatoria, mejora del entorno para invertir, reducción de trabas al comercio y apoyo efectivo a las mipymes”, cerró Fernández.