El referéndum contra la LUC “es una elección de medio tiempo” para el gobierno, según Pomiés

Medir fuerzas > para la izquierda significa “un ensayo preelectoral” a mitad de camino

Foto: PIT-CNT

Un 43% de la población está a favor de mantener los 135 artículos de la LUC que se buscan derogar, mientras que un 34% estaría a favor de anularlos, según una encuesta de Cifra. En diálogo con CRÓNICAS, la directora, Mariana Pomiés, sostuvo que la derogación de la ley ómnibus significa “un desafío muy fuerte” para el gobierno, ya que será “casi una elección de medio tiempo, un voto de confianza de mitad de gestión”. Si llegaran a perder, “sería un cuestionamiento a su gobierno, no solo a la LUC”, manifestó Pomiés.

La semana pasada se alcanzaron las 700.000 firmas necesarias para llevar a referéndum la derogación de la Ley de urgente consideración (LUC); de hecho, terminaron presentando más de 760.000. Sin embargo, según una encuesta realizada por Cifra (entre el 24 de junio y el 3 de junio, cinco días antes de la fecha límite de entrega de firmas), un 43% de la población votaría por mantener los 135 artículos que se proponen derogar, frente a un 34% que los rechaza (el 23% restante “no sabe”).

Asimismo, según el relevamiento, entre quienes votaron a la coalición en octubre de 2019 el porcentaje de aprobación de la LUC es de 79%, mientras que un 75% de aquellos que respaldaron al Frente Amplio (FA) se mostraron afines a la derogación. Cabe destacar que un 6% del primer grupo está a favor de derogar los artículos de la LUC, mientras que un 13% del segundo votaría para mantener la ley ómnibus.

En diálogo con CRÓNICAS, la directora de la encuestadora, Mariana Pomiés, afirmó que los resultados obtenidos del relevamiento “son como el punto de partida”, porque a pesar de que este ha sido tema de conversación hace tiempo, todavía “no está instalado en la opinión pública”. Así, Pomiés detalló un poco más en quiénes participaron de la encuesta, y comentó que las respuestas corresponden a un “núcleo pequeño” que sí está compenetrado con el tema, o escuchó algunos de los artículos y está en contra, “y después a un grueso de gente que está respondiendo a lo que sus candidatos y su partido propone”.

En este sentido, Pomiés proyectó que “probablemente eso pase con muchos de los que terminen votando en el referéndum” en abril del año que viene.

De esta manera, la socióloga resaltó que es muy importante “lo que pase de aquí” a la votación “con los distintos partidos y los candidatos: cuánto se pongan a trabajar por derogar o mantener, y cuánto logren llevar a sus votantes”. La experta señaló que no se puede esperar que la mayoría de los votantes vaya a los comicios sabiendo qué artículos se derogan y cuáles no. “Van a responder a confiar en sus candidatos”, sostuvo.

Por otro lado, en relación a la inmensa cantidad de firmas que la comisión logró conseguir en los últimos días, Pomiés recordó las elecciones de noviembre de 2019 y consideró que “pasó un poco lo mismo”. A su entender, esta gran recolección de firmas se debió a que “la militancia salió a la calle”.

De esta manera, lo comparó justamente con el repunte que tuvo Daniel Martínez (excandidato frenteamplista) al final de las elecciones nacionales. “Me hizo acordar mucho la forma de trabajo, cómo se organizaron, cómo salieron a eso”.

Batalla política

Consultada al respecto, la directora de Cifra se refirió a la pugna política entre la coalición y la oposición, que comenzará de cara a la votación del referéndum.

En una esquina, el gobierno tiene un desafío “muy fuerte” porque, según Pomiés, será “casi una elección de medio tiempo, un voto de confianza de mitad de gestión”. Así, la administración de Luis Lacalle Pou saldrá a defender no solo a la LUC —que es una herramienta fundamental para su programa de gobierno, según han afirmado los propios gobernantes—, sino también “defender su gestión, que es lo que se va a estar cuestionando de acá hasta que se vote”. No obstante, en el caso de que la coalición pierda el referéndum, “sería un cuestionamiento a su gobierno, no solo a la LUC”, aseveró la socióloga.

En la otra esquina, el FA tiene el reto de un “ensayo preelectoral”: a mitad de camino de este período de gobierno, “medir sus fuerzas y ver cómo ha quedado después de la derrota de noviembre y de una evaluación de gestión muy positiva que tiene este gobierno”, expresó Pomiés. A esto se le suma un factor de liderazgo, es decir, observar la “capacidad de convocatoria” que tienen los principales dirigentes políticos de este partido promoviendo la derogación.