«A partir del 15 de febrero el MTOP hará una revisión de toda la malla de transporte del país»

EN PANINI'S

Pablo Labandera, director nacional de Transporte


Los permisos precarios son una realidad cotidiana para las empresas de transporte en Uruguay. Para el director Nacional de Transporte “no parece razonable que se pueda cortar la relación sin indemnizar a la empresa” que invierte a mediano y largo plazo. En este contexto remarcó que a ninguna se le ha dado el permiso de forma definitiva. «Asumimos el compromiso de darle al sistema la seguridad jurídica que hoy no tiene», aseveró Labandera y subrayó que este marco jurídico de certezas también tiene como objetivo atraer nuevas inversiones. En el clásico almuerzo de Panini´s, Labandera confirmó, además, que a partir del 15 de febrero el Ministerio hará una revisión de toda la malla del transporte colectivo para crear una estructura con ánimos de perpetuidad. “Acá no vamos a tapar agujeros con parches, queremos dejar estructurado un sistema para que quede firme”, sentenció.


 El Menú  En la confortable cava de Panini’s el director de Transporte degustó salmón grille bañado en salsa de mango, acompañado de mix de repollo, maní y yogur de palta. A la hora de la sobremesa, optó por un café doble.

 


Por María Noel Duran | @MNoelDuran

– ¿Qué estado de situación encontró en la Dirección de Transporte al asumir?

– Yo entré con un presupuesto que es no mirar lo que se hizo mal antes. No encontramos irregularidades que ameritaran una denuncia penal, de lo contrario, la hubiéramos hecho. Sí, por supuesto, hallamos criterios distintos de actuación y también cosas que favorecían al sector. Lo que decidimos es tratar de optimizar aquellas situaciones que entendíamos adecuadas para el sector y cambiar aquellas que entendíamos que no lo ayudaban.

A los pocos días la pandemia cambió todo el panorama. El transporte de carga se mantuvo, pero el transporte de pasajeros sufrió una caída abrupta, violenta e inmediata, que estuvo acompañada por un temor muy grande. En un momento se redujo al 20%.

Además, con este sector se dieron dos situaciones especiales. En cualquier otro negocio se baja la cortina, se manda a la gente a seguro de paro y a esperar hasta que aclare, pero en este caso el gobierno pidió al transporte de pasajeros que mantuviera la conectividad porque era imprescindible, sobre todo por lo relativo a los servicios de salud y seguridad.

Confirmamos que hay un núcleo duro del 20% que tenía que ir a trabajar y que no tenía otra manera de hacerlo que no fuera en ómnibus. En un momento esto fue muy artesanal, respetábamos los cambios de turno de la salud y se aflojaba en otros horarios.

– ¿Cuánto tuvo que destinar el gobierno para paliar este impacto de la pandemia?

– Yo soy filosóficamente contrario a los subsidios, llegué con ese preconcepto pero termine convenciéndome de que la única manera de que la tarifa del servicio público de pasajeros se mantenga en una cifra relativamente razonable es que existan transferencias del Estado vía subsidio o algún otro mecanismo.

Más allá de las peculiaridades, hay dos grandes transferencias que se hacen. Por un lado, el subsidio del boleto que tiene que ver con el precio del gasoil, y por otro, el subsidio al boleto estudiantil. En el último tramo, previo al covid, eso implicaba unos $420 millones mensuales aproximadamente. Eso se mantuvo con una cifra menor, que son $390 millones que hasta el día de hoy se trasladan al sector bajo esas dos modalidades.

Además, como se le pidió al transporte un esfuerzo extra, que no cerrara y no mandara a la gente al seguro de paro como lo hubiera hecho cualquiera, se le dio lo que llamamos un subsidio de guerra, que fue un plus aparte de lo que mensualmente se vuelca. Esto se hizo en tres tramos: el primero, de $350 millones, fue en el mes de junio para que pudieran cumplir con el pago del medio aguinaldo; un segundo tramo, que fue en los primeros días de octubre de $145 millones; y ahora, a fin de año, para cubrir el aguinaldo y solventar situaciones especiales se hizo una tercera transferencia de $350 millones.

– ¿En algún momento se consideró dejar sin efecto el subsidio al boleto estudiantil?

– Eso fue un error de interpretación, una picardía de algún actor político de Canelones en precampaña electoral. En este momento no está en la agenda modificar el sistema de subsidios porque es muy evidente que tiene que funcionar de ese modo.

Políticamente no existe de ninguna intención del gobierno de modificar la estructura actual en ese sentido. 

Sí hay ciertas inconsistencias entre Montevideo y Canelones y el Interior, porque mientras los boletos estudiantiles que se usan en Montevideo y Canelones tienen la STM detrás como dispositivo electrónico que permite saber si se utilizan o no, en el Interior no, entonces en algún momento vamos a tener que ir hacia un dispositivo que nos permita medir eso también allí, pero tenemos otras prioridades. Sí quiero que quede claro que de ninguna manera está arriba de la mesa la posibilidad de que haya cambios sustanciales en cuanto a la modificación del régimen de subsidios.

– ¿Cómo es la relación actual con la Cámara de Transporte?

– La Cámara no es el único interlocutor privado que hay hoy. Por un lado en lo que es el transporte de carga hay una intergremial de transporte carretero que no es la única que reúne actores del transporte; hay distintos movimientos, sobre todo en el norte, pero la intergremial es la más representativa. Por el lado del transporte de pasajeros está Anetra, Grupo 12 y por encima de todo eso, como una especie de gran paraguas, está la Cámara Uruguaya de Transporte, cuyo presidente es Juan Salgado. 

La relación es excelente. Yo tendría que interactuar igual así tuviera una pésima relación con las gremiales, pero por suerte hemos generado confianza.

“Ninguna medida trascendente se toma, ni se va a tomar, sin escuchar a los actores privados”.

Mientras yo esté a cargo de la Dirección, ninguna medida trascendente se toma ni se va a tomar sin escuchar a los actores privados. Ellos son los que saben y ponen en riesgo su patrimonio y me parece que es atendible, tampoco les vamos a pedir permiso. Corresponde que tomemos las decisiones y que protejamos al contribuyente por encima de todo. La finalidad que hemos tenido en todas las medidas que se han tomado es proteger la continuidad de las empresas y mantener las fuentes de trabajo, ese ha sido el presupuesto sobre el que se ha trabajado.

Por suerte, desde el punto de vista personal, la relación es excelente tanto con las agremiaciones empresariales como con las de los trabajadores. Hemos encontrado dirigentes que son, por encima de todo, responsables.

– ¿Cómo es el plan para aggiornar el sistema de transporte de pasajeros?

– Desde el 2008 para acá la cantidad de gente que viaja en ómnibus viene bajando, eso nos obliga a repensar una cantidad de cosas. 

La semana que viene estamos comenzando una revisión de toda la malla de transporte del país, corredor por corredor, donde vamos a analizar de manera quirúrgica cada lugar y cada línea para determinar si hay que aumentar o disminuir frecuencias, cuáles, en qué horarios y cuándo. Es una tarea muy importante que comenzará oficialmente el 15 de febrero y, para ello, contaremos con la participación del director de Transporte Carretero del Ministerio, Carlos Flores. Vamos a escuchar los aportes del sector privado, que son los que más saben, y con esos insumos trataremos de ordenar esa malla, sin pedir permiso, decidiremos nosotros pero espero que podamos coincidir en la mayoría de los temas.

Con esto buscamos mejorar el sistema, favorecer al usuario, mantener las fuentes de trabajo y conservar a las empresas tal cual están estructuradas. 

Coincide con el inicio de las clases, lo que nos pone el cuchillo en el cuello, pero también es un excelente catalizador.

A partir del 15 de febrero el MTOP hará una revisión de toda la malla de transporte del país.

– ¿Eso será a nivel de interdepartamentales, suburbanos y también en la zona metropolitana? ¿Se coordinará con las intendencias?

– Sí. En todo lo que refiere a la regulación del Ministerio, al hablar de zona metropolitana se habla del transporte suburbano y también se hará en la órbita interdepartamental. Con las intendencias tendremos que coordinar algunas implementaciones. Para que salga bien tiene que primar el sentido común y ponerle toda la voluntad posible.

– Comienza el 15 de febrero, ¿tiene un plazo de finalización?

– Todavía no se lo hemos transmitido a las empresas, pero es un plazo perentorio que nos hemos puesto y pretendemos que se resuelva en el primer semestre del año y con ánimo de perpetuidad. Acá no vamos a tapar agujeros con parches, queremos dejar estructurado un sistema para que quede firme.


Con permiso

A cargo de la Dirección Nacional de Transporte, Labandera pretende regularizar la situación de los permisos que poseen las empresas de transporte. Según explicó a CRÓNICAS, actualmente estos premisos tienen como característica la precariedad.  “Como toda empresa que invierte a mediano y largo plazo no parece razonable que se pueda cortar la relación sin indemnizar a la empresa”, puntualizó y remarcó que esa es la relación que tienen hoy las empresas de transporte con el Ministerio. “A ninguna se ha dado el permiso de forma definitiva”, agregó.

«Asumimos el compromiso de darle al sistema la seguridad jurídica que hoy no tiene», aseveró Labandera y subrayó que este marco jurídico de certeza se garantizará para aquellos que cumplan los requisitos y hayan sido “los mejores de la clase”. 

«Ese permiso va a tener un horizonte temporal lo suficientemente razonable como para que quien hace una inversión sienta la certeza de que su apuesta se va a respetar y también que se puedan atraer otras inversiones sabiendo que hay una seguridad jurídica que hoy no existe», concluyó. 


Sin temor

El distanciamiento social es una de las principales medidas que impulsa el gobierno en pos de combatir los contagios por covid-19. El cumplimiento de esta disposición generó interrogantes en el transporte colectivo que obligaron, por ejemplo, a que se tomara la decisión de limitar el aforo al 50% hasta el 31 de enero en trayectos de mediana y larga distancia.

En este marco, el director Nacional de Transporte fue consultado acerca de la seguridad de utilizar el transporte colectivo en este contexto de pandemia.

“Digamos las cosas como son, hoy viaja en ómnibus el que no tiene más remedio cuando debería quedar claro que no hay que tener miedo a viajar en ómnibus”, aseveró Labandera y reafirmó: “No ha habido contagios en los ómnibus y los que saben dicen que el mayor porcentaje del contagio se da a nivel intrafamiliar”.

El director apuntó a que “en el imaginario popular quedó un temor infundado a viajar en ómnibus” e indicó que “la gente no debería tener ningún temor a viajar en las actuales unidades porque no existe ningún plus de riesgo que el que sucede en cualquier otro lugar”.

– ¿Desde el Ministerio no se desestimula el uso del ómnibus?

– Al contrario.

– ¿Se recomienda?

– No somos nadie para recomendar, pero está claro que no existe ningún indicio desde el punto de vista científico de que haya algún plus de riesgo por viajar en ómnibus.


Por fuera del camino

– ¿Preocupa la informalidad en el sector? ¿En qué cifras se ubica?

– Hay un problema que se arrastra de años y que viene de gobiernos anteriores que es justamente la informalidad en el sector. Es un sector que, a priori, tiene un grado de informalidad importante. 

Estamos en conversaciones con el BID que nos permitió contratar a una consultora para medir cuál es el grado de informalidad que realmente existe. 

Todo el mundo hablaba de un supuesto informe del instituto Cuesta Duarte que arrojaba entre US$ 500 millones y US$ 700 millones de evasión en el sistema por subfacturación de aportes a la seguridad social y de evasión de IVA e IRAE. Si confirmamos esto la ministra Arbeleche va a festejar, porque si en la calle hay US$ 500 millones de evasión hay que salir a buscarlos porque eso nos va a solucionar muchísimos problemas.

Ese informe se mencionó en la comisión de transporte, en la prensa y demás pero nadie lo ha visto. Como nunca lo vi y no lo he podido conseguir tiendo a creer que no existe, que son cifras que se tiran con picardía política.

Por eso, en el marco de un proyecto con el BID, le pedimos que hiciera ese relevamiento. Yo espero que en cortísimo tiempo tengamos esos datos que nos van a permitir tomar medidas de políticas públicas con los elementos necesarios.