La Reserva Federal (Fed) estadounidense aumentó las tasas de interés en 25 puntos básicos (pb), llevándolas al rango de entre 5,25% y 5,5%, su máximo nivel desde hace 22 años, confirmando las expectativas del mercado. Sin embargo, la entidad no quiso determinar si a futuro habrá nuevos aumentos, explicando que la intención es ir “reunión a reunión”, sopesando los datos que vayan surgiendo.
Lo menos que busca la Fed en estos momentos es sorprender. Por ello, confirmando las expectativas generadas, el banco central definió un aumento de las tasas de interés de 25 puntos básicos (pb), llevándolas al rango de entre 5,25% y 5,5%, su máximo nivel desde hace 22 años.
Sin embargo, ahora se abre una gran interrogante: ¿Habrá otra suba antes de fin de año, como dejó entrever la Fed en alguna instancia, o esta fue la última del 2023?
En el comunicado publicado luego de la reunión, la Fed indica que “seguirá analizando los datos y su implicación sobre la política monetaria”, pero no menciona la necesidad de nuevas alzas, como solía señalar en comunicados anteriores.
En la rueda de prensa posterior, el presidente de la Fed, Jerome Powell, remarcó que quiere ver con más detenimiento los nuevos datos, porque “los efectos completos del endurecimiento aún están por verse”. “Hemos visto los efectos de los aumentos en las partes más sensibles de la economía, pero aún tardará meses en verse su efecto sobre la inflación”, sostuvo Powell.
En su pasada reunión, celebrada en junio, el banco central cortó con un ciclo de 10 aumentos consecutivos que elevaron la tasa del 0% al 5,25%, lo que representó la mayor racha alcista en los últimos 40 años. Según Powell, se quería aprovechar esa pausa para ver cómo evolucionaban los datos. Sin embargo, en sus diferentes declaraciones en los siguientes días insistió en la necesidad de mantener elevadas las tasas de interés e incluso de implementar dos nuevas subas antes de fin de año.
Con los últimos datos de inflación y empleo, los inversores ya daban por descartada el alza definida ahora en julio. El IPC de junio marcó su lectura más baja en 27 meses situándose en 3% desde el 4% de mayo y cercano al objetivo del 2%. En tanto, la inflación subyacente, el dato que más preocupa en la entidad, también bajó hasta mínimos de 27 meses, situándose en 4,8%.
Por otro lado, el mercado laboral se mantuvo resiliente a pesar de un cierto freno de la actividad. Las últimas cifras de la Oficina de Estadísticas Laborales mostraron una creación de 209.000 nuevos puestos de trabajo en junio que, aunque es la cifra más baja desde diciembre de 2020, supone prácticamente un pleno empleo en el país con una tasa de desempleo del 3,6%, muy cerca de mínimos históricos.
Powell insistió en que el camino es “reunión a reunión”. “Los datos han sido consistentes, más o menos, con lo esperado, así que hemos decidido hacer una de las subas. El IPC ha sido mejor de lo esperado y el crecimiento ha sido más alto de lo que esperábamos, así que seguiremos esperando antes de tomar otra decisión”, agregó.