Negociación salarial: “Deberíamos llegar a un acuerdo para evitar la conflictividad que tanto daño le hace a la economía”

Presidente de la Cámara de la Construcción del Uruguay (CCU)

Pasado el momento más álgido del impulso dado por la inversión más importante de la historia del país, la industria de la construcción transita un período en el que, sin embargo, no ha tenido mayores mermas en su actividad. Desde la CCU se apuesta a seguir manteniendo el nivel de inversión y, en lo posible, apostar a su desarrollo. Para esto se cree fundamental la creación y puesta en marcha de una herramienta que permita la planificación a largo plazo y ese es el fin de lo que hoy se proyecta como Agencia Nacional de Infraestructura. De estos y otros temas, CRÓNICAS conversó con la máxima autoridad de la cámara, Alejandro Ruibal.


-Previo a que se terminaran las obras vinculadas a UPM se manejaba un posible impacto sobre el sector de la construcción. En la actualidad, ¿cuál es la realidad en relación con el nivel de actividad?

-No se ha resentido tanto, primero porque el Ferrocarril Central sigue con buen nivel de actividad y segundo porque UPM ya había venido bajando progresivamente a lo largo de todo el año. En el ferrocarril hay unos 3.000 trabajadores y, por otro lado, también hay muchas obras de arquitectura que están generando buena actividad. La baja ha sido desde los 61.000 trabajadores que teníamos antes de la finalización de la obra hasta los 54.000 que tenemos ahora.


-¿Cuáles son las expectativas de aquí a fin de año? ¿Puede haber alguna novedad en materia de inversión?

-En el corto, en el largo y en el mediano plazo hay varios proyectos muy interesantes en la vuelta. Hay muchas inversiones presentadas en la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones (Comap), pero son cosas que no van a derramar en el corto plazo. En el corto plazo están las obras viales, las obras del ferrocarril que estarán activas hasta fin de año y después las expectativas sobre Arazatí y saneamiento.


-Un elemento coyuntural que se impone como posible dificultad es el atraso cambiario. ¿Esto está repercutiendo en el mundo de la construcción?

-A quien invierte o vende en dólares, cuando luego gasta en pesos indexados, se le genera una brecha muy importante. En ese escenario, si el negocio no lo aguanta, lo que hace es empezar a frenar los próximos. Eso es un riesgo considerable, en algunos proyectos ya se empezó a ver, pero la solución no es para nada sencilla. Sin embargo, hay cosas que se pueden hacer para mitigar, ya las hemos planteado al gobierno, más allá de que no hay ninguna solución mágica. Se debe tener en cuenta que en el mundo el dólar se está debilitando, el año pasado se podía haber hecho algo, pero este estamos en la tendencia mundial.


-¿Cuáles son las expectativas en materia de inversión pública?

-La obra pública a nivel de vialidad tiene inversiones de un altísimo nivel, viene de un ciclo de muy buen volumen de inversión, ya sea de la mano de las obras de contratos de Participación Público-Privada (PPP), a través del Ministerio de Transporte o de la Corporación Vial del Uruguay. Por su parte, UTE tiene un buen volumen de inversión, Ancap está empezando a invertir, Antel hizo inversión, pero sobre todo en equipamiento, no tanto en obra pública. Ahora esperamos lo que pueda hacer la OSE en relación con inversiones históricas vinculadas al suministro de agua y saneamiento. En cuanto a las intendencias, algunas tienen un buen nivel de inversión: Canelones, Maldonado, Colonia y alguna otra del norte. Por su parte, la Intendencia de Montevideo tiene un bajo nivel de inversión comparado con otros años.

-Desde la CCU se había planteado la posibilidad de avanzar en la creación de la Agencia Nacional de Infraestructura. ¿De qué se trata? ¿Se ha logrado avanzar en ese sentido?

-La Agencia de Infraestructura es una idea que hace tiempo venimos empujando y tiene que ver con generar algún ámbito donde se pueda planificar mejor y a más largo plazo las inversiones en infraestructura. En su momento habíamos tenido muy buena receptividad por parte del Poder Ejecutivo, con reuniones en la CCU con el secretario de Presidencia y varios ministros, pero también con la oposición, con las autoridades del Frente Amplio, con visitas a la CCU de Fernando Pereira y el grupo que trabaja en el programa del partido. De los dos lados se ha mostrado mucho interés en la herramienta. Falta ahora empezar a darle forma, primero hay que ponerse de acuerdo con relación a dónde estaría ubicada, si sería, por ejemplo, en la Corporación Nacional para el Desarrollo, y hay que ver cómo se instrumentaría. Y, por último, faltará la decisión política de llevarlo adelante.

-¿Qué representa la inversión extranjera en la actualidad para el sector de la construcción?

-Inversiones extranjeras del tipo UPM no hay ninguna, si bien está por empezar la de Google, su escala está muy lejos. Pero en la arquitectura hay que prestar atención a que, de la mano de inversión de extranjeros, argentinos, chilenos y de otras nacionalidades, se ha generado un volumen de actividad importante. Son inversores que apuestan al desarrollo inmobiliario, ya sea en el este o en Montevideo. Eso llegó de la mano de los decretos que se hicieron para fomentar ese tipo de obras y eso es lo que está sosteniendo el buen nivel de la construcción.


-Existe una realidad vinculada a la llegada de empresas extranjeras, las cuales en ocasiones desembarcan para buscar desarrollar su labor en obras específicas. ¿Las empresas uruguayas pueden competir de igual a igual con estas? ¿Se debería establecer algún tipo de regulación para que esto se logre?

-Las empresas uruguayas han demostrado que están a la altura de la industria a nivel mundial, la prueba está en que muchas empresas trabajan en la región y en Uruguay en proyectos de alta complejidad. Siempre sabiendo que no todo está resuelto y no todo tiene que hacerse con recursos locales, los avances del mundo hay que incorporarlos. En ese sentido, no hay como trabajar en consorcio con empresas extranjeras para poder desarrollar más a las empresas locales. Desde la CCU promovemos la libre competencia y la igualdad de condiciones para competir, pero también el desarrollo de las empresas locales. Entendemos que es muy importante que las empresas locales, frente a obras que por escala o por complejidad técnica no pueden participar solas, lo hagan en consorcios y así se derrame más en la plaza.


-¿Cuáles son las principales dificultades a resolver?

-En este momento estamos negociando el convenio de salarios y creo que deberíamos poder llegar a un acuerdo para así evitar la conflictividad que tanto daño le hace a la industria, a las empresas, a los trabajadores y a la economía del país. Después, la CCU va a seguir impulsando la Agencia de Infraestructura, debería concretarse en este gobierno. También estaremos enfocados en mantener y desarrollar los niveles de inversión.