Desde la Asociación Nacional de Micro y Pequeñas Empresas (Anmype) reclaman más medidas de mitigación de los daños ocasionados por la pandemia. A su vez, el presidente de dicha organización, Pablo Villar, reconoció que algunas de las iniciativas implementadas fueron efectivas, aunque se necesita un mayor volumen.
Por Ariana Vezoli | @ArianaVezoli
El 2020 fue un año muy severo con las empresas, principalmente con aquellas más vulnerables, que, muchas veces, suelen ser las más pequeñas.
Más allá del esfuerzo del Estado por mantener la masa empresarial del país con medidas paliativas ante los efectos de la pandemia, un número considerable no llegó a sobrevivir, o no lograron hacerlo con la dimensión que tenían antes.
En 2020, a costa de la pandemia, se perdieron 59.000 empleos, sin embargo, durante 2021 se lograron recuperar alrededor de 50.000. Estos datos hacen referencia a una recuperación generalizada que, siendo siempre el empleo el más rezagado, logró repuntar ligeramente.
En este escenario, CRÓNICAS dialogó con Pablo Villar, quien mostró cierta disconformidad y catalogó como “insuficientes” las medidas que tomó el gobierno durante estos dos años de pandemia.
“El 2021, después de una pequeña bonanza -donde se abrió y se retomó cierta actividad económica-, tuvimos una ola complicadísima. Eso nos produjo un atraso importante”, contextualizó Villar.
Durante el año se evidenció una evolución heterogénea entre las empresas que se desempeñan en el mercado interno, que va desde las que estaban habilitadas para trabajar hasta algunas -como transporte escolar, eventos o turismo-, que recién retomaron sus actividades a fines del año pasado.
“Haciendo un balance, empresas que trabajan con sectores agroexportadores o industriales pueden haber tenido un empate en sus cuentas económicas, pero hay otro sector empresarial en el cual el 2021 fue un año de pérdida”, evaluó el ejecutivo.
Insuficiencia
En cuanto a las medidas de apoyo brindadas por el Estado, el entrevistado asumió que, en el “desglose”, algunas de ellas fueron efectivas -además de novedosas-, pero en el conjunto resultaron insuficientes.
En este sentido, Villar destacó que el seguro de paro parcial y el flexible, tanto como políticas e instrumentos de negociación de periodos de gracia sobre un gran número de cuotas u otras obligaciones de los microempresarios, resultaron ser un “instrumento efectivo para el mantenimiento de las empresas dentro de la formalidad”.
De todas formas, aquellas que cuentan con una plantilla ajustada no pueden prescindir de sus trabajadores sin que se vea afectada su dinámica y el servicio. En estos casos deben seguir efectuando los pagos con un volumen de producción aminorado, lo que ha sido muy común en las empresas manufactureras.
Por este motivo, desde Anmype reclaman una bonificación para aquellas empresas que no pueden enviar a sus trabajadores al seguro de paro.
“Reclamamos medidas de mitigación, y que aquellas empresas que no envíen trabajadores al seguro tengan beneficios mayores o diferentes. Una empresa que no envía trabajadores al seguro de desempleo no implica una erogación del Estado por estos, y como contrapartida, sería importante que estas empresas tuvieran un beneficio extraordinario”, explicó Villar.
En otra perspectiva, el representante subrayó que los créditos ofrecidos en condiciones especiales -como tasas subsidiarias-, abarcaban montos insignificantes.
“Los créditos de $25.000, o los de hasta $100.000, en el flujo de caja de una empresa resulta un monto muy insuficiente”, detalló.
En este sentido, sostuvo que este tipo de beneficio se debe mantener, pero aumentando sus montos para que las empresas puedan sentir un alivio en su desempeño cotidiano.
Mirando el futuro
Con la creciente recuperación de la economía, el entrevistado afirmó que se espera una “mejora” del actual escenario durante 2022, situación que podría ser impulsada y mejorada por la temporada, aunque aún no hay números.
Desde la asociación se afianza la creencia de que la recuperación tiene que ver con el atraso de los pagos en organismos de recaudación, y por eso trabajan en nuevas medidas de mitigación.
“Nos parece que el mantenimiento del mayor número de empresas dentro de la formalidad colabora para mantener una economía formal y también a los trabajadores dentro de esa condición, con pleno disfrute y goce de los beneficios. Esa es una de nuestras mayores preocupaciones”, reflexionó Villar.
Llamados sin respuesta
Un año atrás, en “Primera Mañana”, programa de radio “El Espectador”, Villar declaró contundentemente que desde el gobierno no se habían tomado las medidas que se habían planteado desde la asociación.
“Nunca tuvimos la suerte de que la ministra de Economía nos atendiera”, afirmó el entrevistado, la mañana del 12 de febrero de 2021.
Ahora, pasado un año, y consultado por este tema, Villar comentó que se planteó un cambio al sistema tributario y que se achiquen los cambios impositivos para micro, pequeñas y medianas empresas.
En síntesis, que micro y pequeñas empresas, en lugar de aportar el 25% de Impuesto a la Renta, (IRAE), paguen un 5% y 10%, respectivamente, y que el beneficio sea utilizado hasta en un 50% en reinversión de activos fijos dentro de la propia empresa.
“Nuestro objetivo es que micro y pequeñas empresas tengan cada vez mayor actualización tecnológica, lo que además implica periodos de formación y capacitación de sus trabajadores. Eso nos permitiría adquirir como sociedad un plantel de empresas con tecnologías actualizadas, cada vez más productivas y rentables, con mejores condiciones para nuevas oportunidades laborales”, argumentó Villar.
No obstante, transcurrido un tiempo luego del programa radial mencionado antes, obtuvieron una reunión con la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, y con el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, en otra ocasión.
Sin embargo, habiendo dejado la problemática así como distintas soluciones sobre la mesa, el entrevistado confirmó que no han obtenido respuesta a sus planteos desde entonces.
