Peso uruguayo se depreció por encima de la mayoría de las monedas de economías emergentes

Copom > Mantuvo su “política monetaria moderadamente contractiva”

Foto: BCU

Incertidumbre global, persistencia de políticas proteccionistas, Argentina mostrando problemas y Brasil con “algunas señales de recuperación”. Así evaluaron autoridades el BCU y el MEF la coyuntura internacional, mientras que en lo local se destaca la desaceleración económica, y el aumento de las expectativas de inflación. También se mencionó el cambio de portafolio realizado por inversores institucionales que puso presión al tipo de cambio.

El Comité de Coordinación Macroeconómica, conformado por autoridades del Banco Central del Uruguay (BCU) y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) se reunió el pasado viernes 12 de julio para analizar la coyuntura internacional, regional y local, durante el segundo trimestre del año. Posteriormente a ese encuentro, se reúne el Comité de Política Monetaria (Copom) del BCU, integrado por los tres miembros del Directorio y otros tres funcionarios de jerarquía designados por el Directorio, donde se definen los lineamientos de la política monetaria de la entidad.

En cuanto al escenario económico global, el comunicado publicado luego de ambas reuniones menciona la persistencia de medidas proteccionistas, así como un elevado grado de incertidumbre. Esta situación, trae consigo una “reducción de la actividad económica y del comercio internacional, acompañados por una nueva revisión a la baja en las proyecciones de crecimiento a nivel global”. Por otro lado, también se mencionó el cambio en las perspectivas sobre la política monetaria de la Reserva Federal (Fed) estadounidense, destacando que aumentaron las perspectivas de un recorte en la tasa de interés de referencia.

En el plano regional, se advierte que “en Argentina se mantiene el panorama observado en el trimestre anterior caracterizado por la presencia de desequilibrios macroeconómicos, caída de la actividad económica e inflación persistente”. A esta situación compleja, se le agrega el incremento de la incertidumbre política previo al proceso electoral en ese país.

En cuanto a Brasil, el comité evaluó que “se observan algunas señales de recuperación económica y se verifican avances en el proceso de aprobación de la reforma previsional”.

Moderadamente contractivos

Dentro de este escenario global y regional, el comunicado publicado señala que “el nivel de actividad de la economía uruguaya continuó mostrando síntomas de desaceleración, mientras que se produjo un descenso en la inflación a fin del trimestre, alcanzando 7,36% en el año móvil cerrado a junio”. Sin embargo, se señala que se ha verificado un aumento en las expectativas de inflación, las que actualmente se ubican en 7,66% para el final del horizonte de política (dieciocho meses).

El comité también menciona el proceso de cambio de portafolio que realizaron inversores institucionales durante el segundo trimestre del año, con una mayor preferencia por la moneda extranjera, lo que “provocó una importante presión compradora en el mercado de cambios durante el mes de mayo”. “Como en anteriores oportunidades y a efectos de evitar volatilidades excesivas en dicho mercado, el Banco Central intervino a través de diferentes modalidades: ventas al contado, ventas a futuro y una operación de recompra de instrumentos de regulación monetaria integrada mayoritariamente en dólares estadounidenses”, detalla el comunicado.

Se enfatizó que “en lo que va del año se ha producido una depreciación de nuestra moneda superior a la registrada para la mayoría de las monedas de economías emergentes”.

En lo que refiere a la política de control de los agregados monetarios, el comité indicó que se produjo un aumento del agregado monetario M1′ (suma de emisión de dinero en poder del público, depósitos a la vista y cajas de ahorro del público en el sistema bancario) del 10% en sintonía con la referencia indicativa definida durante el último Copom.

“En función de la evolución de la actividad económica y de la inflación antes expuesta y de acuerdo a las perspectivas del contexto macroeconómico, el Copom estimó necesario mantener una política monetaria moderadamente contractiva, consistente con la actual fase del ciclo económico”, señala el informe. En ese sentido, considerando la coyuntura económica, la evolución de la inflación y las expectativas inflacionarias, así como la evolución esperada de la demanda de dinero, el BCU fijó como referencia indicativa de crecimiento interanual de M1′ para el tercer trimestre de 2019 un rango entre 8% y 10%. “Esta pauta es consistente con la convergencia de la inflación al rango meta y la evolución de la actividad en línea con el producto potencial en el horizonte de política monetaria”, sostiene el comunicado.