Contexto internacional: se vislumbra un futuro difuso y nada positivo

Guerra entre Rusia y Ucrania

En conversación con CRÓNICAS, el analista internacional y doctor en ciencia política y relaciones internacionales, Nicolás Albertoni, se refirió al avance del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, uno de los temas que más preocupación genera a nivel internacional. En la oportunidad, el también docente de la Universidad Católica del Uruguay, manifestó que el escenario que se vislumbra a futuro no es para nada favorable.

A casi dos meses del inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, la situación genera importantes afectaciones a nivel mundial y constituye el principal tema de preocupación para la comunidad internacional. En este contexto, Albertoni adelantó que la palabra que mejor describe a la situación es incertidumbre y que en este conflicto es difícil establecer predicciones.

“En los escenarios de negociación que existieron se planteó una lógica muy de todo o nada, principalmente por el lado de Rusia”, señaló.

Similitudes y diferencias históricas

Aunque han transcurrido 77 años del último conflicto bélico de estas magnitudes en Europa, hay ciertas lógicas históricas que se reproducen. Para el especialista, un ejemplo de esto son las consecuencias económicas que estos hechos generan.

En este sentido, aseguró que las guerras siempre acarrean afectaciones en los productos alimenticios. Sin embargo, un mundo fuertemente globalizado incrementa estos efectos.

“Dado los actores que están en juego y el grado de integración global con el que contamos, a través de acuerdos comerciales y cadenas globales de valor, la economía internacional genera que esto no va a ser necesariamente igual a otros escenarios”, adelantó.

Esto, en regiones como América Latina, provoca una importante incertidumbre económica. “Pasamos de un mundo en el que veíamos una lógica inflacionaria de grandes emisiones por lo que había sido la pandemia, a un mundo de mucha emisión y gasto para la compra de armas y en el futuro también para reconstruir a Ucrania”, analizó.

Otro efecto disruptivo que identifica el experto tiene que ver con el impacto de este conflicto en las estructuras del suministro energético. 

En este contexto, manifestó que, concretamente en el petróleo, Rusia tiene una participación del 11% en las exportaciones mundiales. En tanto, en gas natural este número escala al 20%.

Las consecuencias de esto han sido claras, causando aumentos en los combustibles y en ciertos costos de producción.

Además, el analista internacional agregó que otro factor relevante es que esto se da en plena fase de transformación energética.

Por otro lado, resaltó la importancia que Rusia y Ucrania tienen en el mercado mundial, en productos como los fertilizantes, el trigo, el maíz y el aceite de girasol. 

“Esto afecta de una forma directa o indirecta a muchos países dependientes de los alimentos o de las exportaciones a estas naciones”, afirmó.

Específicamente en Uruguay, para Albertoni, el principal impacto tiene que ver con el crecimiento de los costos en materia de alimentos. “Todo esto es multicausal, porque se impacta a veces con realidades más nacionales, con estructuras de costo que en Uruguay es un desafío que ha trascendido gobiernos”, estimó en este sentido.